sábado, 8 de marzo de 2014

8 de marzo de 2014...

Hola, chicos:

Ya que veo que no os animáis a participar en esto del blog (con lo bonito que está… os voy a dar un tirón de orejas), a ver si logro que os enganchéis de otra manera… Os voy a contar algo sobre el día de hoy, 8 de marzo. Un día, cuando tenía once años, como ya sabéis, mi padre se fue para siempre de nuestras vidas. Él quería tener una familia muy grande, todos sentados a la vez a la mesa, y que cuando fuéramos grandes pudiésemos ser su amigo y contarle nuestros problemas. Cuando tenía 37 años, ese sueño suyo acabó y nosotros, sus hijos, nos quedamos sin padre y sin esa guía que necesitábamos para crecer. Entonces, cada uno de nosotros hizo lo que pudo y muchas veces yo pensaba que la vida sin él no tenía sentido, porque mi madre tampoco nos hablaba nunca porque estaba demasiado atareada intentando sacarnos adelante. Recuerdo que siempre estaba pensativa y no sabía bien qué sería de mí en el futuro. Podía haber elegido dos caminos: lamentarme y llorar por la mala suerte que teníamos y dejar de estudiar, porque ganas no tenía, o bien, un segundo camino, que fue el que escogí, y era hacer todo aquello que a mi padre le hubiera gustado hacer y no tuvo tiempo. Hacer que las demás personas que sufrieran como yo estaba sufriendo fueran alguna vez más felices. Para eso, tuve que estudiar mucho, mucho, para poder estar ahora escribiéndoos esto como vuestra profe de Lengua y Sociales. No solo estudiar, sino que después de lo de mi padre vinieron muchos más sufrimientos que me hacían pensar en lo mala que era la vida, y a veces tenía ganas de abandonar todo y dedicarme a pasar el tiempo tumbada y ya está. Sin embargo, soñaba con que algún día algo cambiaría y podría hacer realidad mis sueños. Me equivoqué muchas veces; siempre pensaba que era muy torpe porque no hacía nada bien o todo me salía mal. También pensaba que era muy mala porque había gente que me criticaba mucho. Sin embargo, algo me hacía seguir adelante, sin dejar de soñar en un futuro mejor, bonito, como yo deseaba.

¿Sabéis?, ese futuro bonito llegó cuando me hice profesora, porque de pronto tenía a muchos niños y niñas de la edad que yo tenía cuando más estaba sufriendo y me sentía sola, y entendí que mi misión en la vida no solo era enseñar Lengua y Literatura, sino intentar que mis niños de la clase hicieran bien las cosas, que lucharan por su propia vida, sin importar cuánto estaban sufriendo. Mi vida tuvo sentido cuando conocí a chavales como vosotros y empecé a entenderlos y a quererlos; y también cuando ellos se sintieron entendidos por mí.

Esa es la razón por la que os escribo esta noche de mi cumpleaños, para deciros que la vida siempre te da un montón de oportunidades para que seas feliz y que ahora tenéis el momento perfecto para ir construyendo eso que luego vais a admirar eternamente: vuestro interior, vuestro corazón, vuestro futuro. Decís que la vida está muy mala, que la gente es falsa… Vale, yo os comprendo, pero no me negaréis que también hay cosas maravillosas cada día por las que merece la pena levantarse y sonreír: esta semana me habéis demostrado el cariño y el respeto que me tenéis. El abrazo de Pina (aunque diga que me ha gustado a mí más que a él) ha sido genial… Las charlas con Roberto Pando, el achuchón de Patricia, de Miguel Ángel, de Cristina… Los gestos de amor de Roberto Sánchez (que sé que no es peloteo J)… Y los no querer/sí querer de Mario y Marcos. No sé, chicos, a mí me dais muchísimo y aprendo de vosotros mucho más que vosotros de mí. Eso es así siempre. Y hoy en que he llegado a cumplir los años que tenía mi padre cuando su vida se cortó, os digo que soy feliz, muy feliz, por poder seguir el camino que él no pudo y continuar dando ese amor que le quedó, que sus fuerzas no le permitieron.

Como os dije con el Quijote, luchad siempre por vuestros sueños, que no es ninguna locura. La única locura es no hacerlo y rendirse antes de tiempo.

No seáis cabezotas, que os lo digo con conocimiento de causa, y os prometo que si aprovecháis este tiempo estudiando, no os arrepentiréis. Que vais a tener tiempo después de hacer todo aquello que os llame la atención, que la vida os espera. No creáis que ya está todo dicho. Se puede lograr todo lo que uno se proponga. Y tenéis corazones muy lindos para darle al mundo. Trabajad duro, aunque cueste, que tendréis vuestra recompensa, os lo prometo. No me defraudéis.

Os quiero mucho.

Águeda Gema

3 comentarios:

  1. Os dejo aquí una de las canciones que más me gustan, sobre lo que os digo cada día. Va para vosotros. Gracias:

    http://m.youtube.com/#/watch?v=XBuYmneAQ28

    ResponderEliminar
  2. Increíble...... muchas gracias por ser como eres... en este poco tiempo nos hemos dado cuenta de lo que nos quieres y por supuesto lo que nosotros te queremos, profesora. Te echaremos mucho de menos y que sepas que te recordaremos siempre. Un abrazo, maestra, por compartir todas las historias que te han pasado y por todo. Roberto Sánchez Lucas, Mario González López, Francisco Javier Pina, Cristina Marcos, Patricia , Roberto Pando y Miguel Ángel. Rodríguez.

    ResponderEliminar
  3. Rocío Bejarano 3º ESO A3 de abril de 2014, 5:20

    Querida Águeda Gema:

    Hola :) Simplemente te escribo esta carta para despedirme de ti; sé que lo podría hacer en persona hablando, pero me cuesta un poco más expresar mis sentimientos y pensamientos de esa forma.

    Bueno, considero que no te conozco cien por cien, pero algo sí. Simplemente sé cómo eres y eso es gracias a ti, porque tú te has abierto a nosotros, te has dejado conocer y has querido conocernos.

    Llegaste a este instituto como una maestra más, una persona con ganas de enseñar y, sobre todo, ayudar. Cuando te vi por primera vez, así, tan callada, tan inocente, pensé que iba a ser un gran curso contigo o, por lo menos, el tiempo que íbamos a pasar juntos.

    En Diver pasé unas clases muy amenas contigo y unos buenos momentos con mis compañeros y, sobre todo, contigo. Me reía un montón y me lo pasaba bien.
    Me alegré mucho cuando me dijeron que tenía Refuerzo de Lengua, porque aunuqe fuera menos tiempo, iba a pasar alg de tiempo contigo.

    A lo mejor no es muy lógico que una alumna le escriba una carta a una maestra, pero quería darte los motivos por los que yo he querido hacerlo contigo.

    Considero que soy una persona tímida hasta que conozco a la persona, que me cuesta mucho conseguir expresarme, más bien porque me da vergüenza expresar mis sentimientos y dar mis opiniones; siento miedo a lo que pueden decir o cómo pueden actuar... Una niña que se rinde cuando le viene el más mínimo problema. Gracias a ti me he dado cuenta de muchas cosas en este curso. He aprendido a mirar hacia delante, a dejar lo malo del pasado atrás, no rendirme cuando vea que todo está perdido, luchar por tus sueños, por lo que quieres, y no permitir que nada te arrebate.

    Me has dado la oportunidad de expresar mis sentimientos sin avergonzarme de ello, sentirme segura con lo que escribo, sentir que sirvo para algo. Me has abierto los ojos de una manera diferente y me has hecho pensar las cosas, darme oportunidad de conocerme, hacerme valer, intentar las cosas. Y, sobre todo, me has ayudado mucho con muchos temas... Esos consejos que nos diste en nuestra última clase los llevaré siempre en mi mente, porque tienes mucha razón en lo que dijiste: nada es tan malo como parece. Hay que buscarle lo sencillo, lo bonito, o superarlo, y seguir adelante, no rendirte por muchas piedras que haya en el camino, sino soltarlas y dejar a un lado los comentarios de la gente. Eres tú la que sabes cómo eres de verdad.

    Mil gracias por todo esto y por regalarnos esa alegría y esa sonrísa todos los días, por enseñarnos que de todo se sale, que después de los malos momentos vienen los buenos.

    Este trimestre te extrañaré y, sobre todo, te considero una persona increíble, que vale millones, un ejemplo a seguir... Te admiro por esa fuerza que le echas a las cosas, cómo luchas en esta vida y, sobre todo, por esas ganas que le pones a todo, esa forma de abrirte a nosotros y la personalidad que tienes, ese cariño con el que haces las cosas.

    Nada, Águeda, que espero que todo te vaya muy bien y que recuerdes que vale la pena sonreír, que tienes una sonrisa muy bonita, y que te vengan momentos muy felices.

    Un abrazo muy grande y un beso.

    ResponderEliminar